Premios Búho 2009

La Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, de la que es secretario D. José Ángel Monteagudo, entregó sus Premios Búho 2009 en la Biblioteca de Aragón.

El acto se desarrolló en el Salón de Actos y los premiados fueron: D. José Mª Barceló, Dª Carmen Serna, D. Alfonso Fernández, Dª Ana Ubé, Librería "Los portadores de sueños" (regentada por Eva Cosculluela y Félix González), y D. José Luis Orós.


D. José Ángel Monteagudo leyó la glosa dedicada a la librería "Los portadores de sueños", una glosa que destaca la calidad de la librería premiada con una impronta literaria muy característica.

A continuación ponemos el enlace en el que Monteagudo lee el texto en el acto de entrega de los Premios y reproducimos la glosa en homenaje al Premio de la Librería "Los portadores de sueños".





PREMIO BÚHO 2009
A LA LIBRERÍA “LOS PORTADORES DE SUEÑOS”


“En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción.”

Aún escucho llorar al lagarto y la lagarta “lorquianos” ataviados con delantalitos blancos, o visiono los mundos del principito, de Saint Exupery, sobrevolando mi imaginación. Todavía me calo en la piel de Jim y siento la heladora presencia del ciego portando “la mota negra” en la posada del “Almirante Benbow” protagonizando la Isla del Tesoro, me siguen llegando los ecos de los aceros de Dick Turpin y D´Artagnan, o las aventuras de los viajes de Verne….Más tarde abracé los cronopios de Cortazar, los versos de Vallejo, ese Quijote universal, y muchas, muchas páginas que formaban un horizonte afable e infinito. Todos esos protagonistas, todos esos autores, han formado –y forman– parte de mis sueños más profundos, aquellos que salieron de las páginas de un libro.Portar los sueños es una acción meritoria, los libros la llevan como abanderada de sus páginas y, sin duda, una librería entera es el mundo de los sueños con mayúsculas. Tampoco sabría decir quien porta más sueños a sus espaldas si esos libros referidos o los amigos que los cuidan … bien lo saben Eva Cosculluela y Félix González, capitanes de este Nautilius particular, cuidadores y amigos de esos “portadores de sueños”.

Sabemos que ese nombre, parte de su vida, su librería, proviene de un mirífico y emotivo poema de la nicaragüense Gioconda Belli, un poema definitivo que sin duda se mimetiza con la andadura de esta acogedora y particular librería.

“Eran felices en su mundo de azúcar y viento
y de todas partes venían a impregnarse de su alientoy de sus claras miradas
y hacia todas partes salían los que habían conocidoportando sueños
soñando con profecías nuevas...”


Disfrutar una librería no es, sin duda, amontonar libros en unos anaqueles bajo diversas denominaciones y clasificaciones. Estar al frente de una librería debería ser una labor motivadora y enriquecedora, generalmente vocacional, vocación que da vida y en algunos casos; permite vivir. Multitud de veces, tristemente, no es así, desprestigiando la labor profesional de las verdaderas librerías y de los grandes libreros; aquellos que aman y amaron a los libros. Félix y Eva los aman de corazón; dicen quien bien los conoce, que tras el cierre y hasta la madrugada hablan con sus libros, se escuchan murmullos en la intimidad disfrutando de su territorio común, y se aceptan compartiendo mutuas experiencias.
Y cuando te encuentras en un mar convulso de economías caníbales en las que el pez grande acaba con el chico, encontrar tu isla inexpugnable en el medio del océano aunque avistes los tiburones –cuales siniestras profecías– bien cerca, te hace sentirte seguro de ti mismo. Así deben sentirse nuestros amigos Eva y Félix en su generosa isla de la calle Blancas, 4. Isla frente a los tiburones, pero tierra afable y receptiva a la comunicación, a la lectura, a esa idea común de libertad que proporcionan sus huéspedes.


“Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías,
dijeron que sus palabras eran viejas
-y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso es antigua en el corazón del hombre–,
los acumuladores de riquezas les temían
y lanzaban sus ejércitos contra ellos...”

Los portadores de sueños llevan 4 años entre viento y marea, adoptando nuevas propuestas que den validez al orgullo de ser librero, activando culturalmente esa parte literaria del gusto por lo bien editado, por lo bien escrito, sin deber ni rendir pleitesía a nadie que no lo merezca, actitud tan emborronada en los últimos años (podríamos hablar de otro canibalismo sectorial; editoriales que nos machacan con nombres mediocres, grandes firmas que imponen sus ediciones, propaganda y promoción de autobombo indecente a golpe de talonario, etc). Importantes son sus iniciativas y originales propuestas; el premio de los niños (en el que un jurado compuesto exclusivamente por almas primigenias, votan al mejor libro del año), el disfrutar de un café entre lecturas en la misma tienda, ver las novedades de sus majestades, los libros, ocupando la chaise longue que domina el escaparate, las charlas con Félix y Eva a pie de texto, o la vuelta de las presentaciones literarias a los orígenes, a las librerías en primera persona –quizá de donde nunca debieron salir– son algunas de sus señas de identidad características.

Cuando entro en “Los portadores de sueños” traspaso su umbral con la ilusión de hallar buenos libros, o mejor aún, que me los ofrezcan de viva voz, y que me expliquen “humanamente” un argumento válido, interesante, que active mis neuronas y me haga disfrutar posteriormente con su lectura. Parafraseando el poema de Belli; los portadores de sueños conocen su poder y cultivan jardines de sueños. Así son Eva y Félix, así se sienten, y a ellos les toca “engendrar una generación de amadores y soñadores”. Niños y mayores nos encontramos en sus manos –responsabilidad seria y sabia–, nos guiamos de su saber literario. Conversar con aquellos que antes lo han hecho con sus propios libros, no tiene precio.

Pero amigos míos, no sólo entro con la intención de ese encuentro literario sino con la certeza de que disfrutando de un aromático café en la planta superior, me encuentre algún día con el mismo Auguste Dupin y me explique las pesquisas de la rue Morgue en primera persona, o con su padre literario, el señor Poe y charlemos sobre su creación o, por qué no, de su azarosa y complicada vida social. Es la grandeza de los libros; llevan implícitos sueños, y ellos nos acercarán historias lejanas que podremos abrazar como personales y cercanas.
Se lo escuché a un amigo hace un tiempo; me gusta soñar porque es vivir otra vida que nunca viviría. Añadiría; nos gusta leer porque así hemos vivido multitud de nuevas vidas que de otra manera nunca hubiésemos disfrutado, sufrido o amado.
Y sin duda, Eva y Félix, estos tenaces “portadores de sueños”, nos ayudarán día a día a conseguirlo. Que la vida y la literatura les guarde de esas profecías destructoras y de los malos augurios.

“Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arco iris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto,
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.”

Enhorabuena a “los portadores de sueños” por este merecido Búho 2009.

José Ángel Monteagudo
Escritor y Secretario de Amigos del Libro.